sábado, 16 de abril de 2016

Me despido . . .

Este es un momento de despedida, del adiós, de un hasta luego o de un paréntesis que hace algunos meses fui anunciando en éste blog.


Muchas veces por miedo, por esperanza, por resignación nos quedamos atados a un estado de vida que nos roba nuestras fuerzas, que nos hace respirar cortado, mientras probablemente nos cuestionamos: Qué estoy haciendo todavía aquí? Cualquier persona normal hubiese lanzado la toalla hace siglos, y yo todavía estoy aquí? En fin, que alargamos la toma de decisión...

Es un tiempo de reflexión, de conexión; un tiempo para mirar adelante.

"Poder decir adiós es crecer. ―Gustavo Cerati"

Me ha resultado muy complicado determinar de manera clara cuál es el momento indicado para irme.

Aunque no me gustan las despedidas hoy me voy con toda la gratitud de quien concluye un ciclo, con la conciencia plena de que todo lo que se cierra a la mismísima vez está abriéndose a lo que viene. Con nostalgia, obvio, y hasta tristeza en un lugar de mi corazón, por que son muchas las amistades en estos tres años. Con el impulso fiel a mi naturaleza de actualizarme siguiéndole el ritmo a la vida, siendo auténtica a cada paso existencial.

Siempre llegamos a un momento en el cual sentimos que no estamos donde queremos, surge la idea de buscar algo más, nuestros pensamientos se desvían sencillamente hacia la necesidad de cambiar o sustituir.

Este hecho es común, y no es algo anormal o causa de conflicto, parte de la necesidad perenne del ser humano de renovarse constantemente, de ser libre, innovador, de vivir emociones que le recuerden su valor en la vida.

Debemos recordar que todas nuestras experiencias son humanas ante todo, son situaciones que no nos ocurren a nosotros únicamente, a ti o a mí. Son situaciones del mundo, situaciones que forman parte de nuestra vida.

Si nos quitan la ropa, nuestros estudios, nuestro pasado, nuestro pensamiento del futuro, nuestra familia y conocidos: que es lo que queda? Pregúntense eso y verán que todo lo exterior dejará de tener tanta importancia. Quizás solo así podremos aprender andar al compás de lo que dicta el alma. Es difícil de desprenderse de todas las cosas que fuimos adquiriendo como para poder ser felices. Yo he aprendido que en el camino no importa el objetivo si no como llego hasta el.

P.D.- En este tiempo de stop, podemos encontrarnos en algunas de mis redes sociales como facebook o aquí. Siempre habrá ese instante en el que Samira desee compartir contigo algún pensamiento, o que tú quieras leer algún tema o ver una imagen. Pues aquí nos podremos ver… 

Un abrazo muy fuerte Sami

viernes, 1 de abril de 2016

Vivir como las Flores

- Maestro, ¿qué debo hacer para no irritarme? Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes, otros indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.
- ¡Pues vive como las flores! Advirtió el maestro.

- ¿Que es éso de vivir como las flores? - preguntó el discípulo.
-Pon atención a esas flores, continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que le es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.

Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. los defectos de ellos son de ellos no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse... Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde fuera y perfuma la vida de los demás aportando cosas buenas.
Esto, es vivir como las flores...

¡¡¡Feliz Primavera!!!