viernes, 18 de marzo de 2016

Otra visión

"Confieso que me agota soportar a tanto idiota"


Es de esos días en que crees que tus peores sueños se hacen realidad y que en el mundo no hay más tontos porque no caben... afortunadamente.

Hay ciertos comportamientos que no puedo permitir, como es la falta de respeto.

Que las normas están para acatarlas, y las fantasías, fantasías son.

No permito que nadie aplaste mi espíritu, mis sueños, mis metas.

Hay quién piense que mi trabajo es fácil, pero no, es muy complicado y ser mujer aún más para los tiempos que corren.

Por que si tengo pasión por algo, lo persigo, no importa lo que piensen los demás. Así es como se logran los sueños.

Vendrán tiempos mejores, yo, a lo mio, que es gerundio.

La Semana Santa no es ni la mejor ni la peor semana del año. Ni hay que condenarla, ni elevarla al mayor exponente de nada… No debe ser motivo de confrontación, para eso están los de siempre…

No podemos estar de acuerdo en todo, el mundo sería muy aburrido así.

Pongamos cada uno nuestra visión de cada momento.

No impongas la tuya, al contrario, que la tuya sea una de tantas... sumemos una visión a otra.

Os dejo la mía, algo desenfocada por la postura al tomarla...



Esta semana santa estaré solo los días;



Lunes, martes y miércoles, pero solo atenderé citas con reserva de un día de antelación siempre dentro del horario de siempre.


Y ya hasta la siguiente semana...

Recuerda, no quiero tu piropo, quiero tu respeto. Me reservo el derecho de admisión.


sábado, 5 de marzo de 2016

Diario de un Cliente

Buscar el lugar idóneo no siempre es fácil, mucha gente no ha probado nunca un masaje así y como es normal tiene curiosidad por saber en qué consiste exactamente. Hoy vamos a ponernos en la piel de un cliente para explicar cómo es mi lugar de masajes.

Una visita a Samira no sólo es el masaje que recibes; el espacio, la luz, el sonido, y por supuesto la atención, son fundamentales para sumergirte en un mundo de relax y calma; que es precisamente lo que andamos buscando cuando queremos hacernos un masaje: relajarnos, desconectar del día a día, del trabajo, del estrés...Al llamar al timbre, me abre la puerta una señorita vestida discretamente de negro con una belleza natural sublime, y con una cálida sonrisa me invita a pasar, dejando a un lado todo aquello que me preocupa para comenzar la experiencia.

El salón tiene dos cómodos sofás y una gran alfombra con estilo exótico. Se trata de una casa señorial, con suelo de madera. Llaman la atención un elegante biombo de estilo japones y una fuente gigante. Como decía, el espacio y el ambiente cálido, son fundamentales para entrar en materia, y están más que conseguidos. Me ofrece asiento y me trae un te para beber. Tras cinco minutos de explicación me dejo aconsejar!.

Después me invita a pasar a la sala de masaje y me ofrece unas zapatillas y una toalla, indicándome que me ponga cómodo y que guarde mis cosas en un armario. Antes de tumbarme en el amplio futon, observo que la habitación esta llena de velas muy apropiadas para la ocasión.

El masaje comienza mientras suena una música que no sabría definir exactamente de que pais de Oriente es... pero me encanta y me trasporta a un lugar lejano, algo parecido a un templo, o un lugar sagrado. Ella cubre todo mi cuerpo con la toalla y coloca mis pies en otro par de toallas más pequeñas enrolladas, para mantenerlos ligeramente en alto.

Comienza con un breve masaje de presiones sobre todo mi cuerpo cubierto por la toalla, y a continuación destapa mi espalda y aplica aceite de almendras para proseguir con el masaje. Así pues comienzo a hacer un juego imaginario de seguir atentamente sus dedos  mientras puedo ver su cuerpo a través del gran espejo que hay en la pared. Según va masajeando voy notando como libero tensiones, y me empiezo a encontrar muy bien, cada vez mejor.

Durante un rato se centra en la parte izquierda superior de mi espalda, ya que según me explica, tengo una buena contractura que hay que trabajar, la verdad es que duele un poco pero a la vez siento alivio... cierto es que siempre cargo mas peso con la parte izquiera de mi espalda, como bien deduce ella. Cuando termina con mi espalda, pasa a mis brazos y después se centra en las palmas de mis manos y en cada uno de mis dedos estirándolos hasta que hacen ese pequeño "clic" tan agradable. Prosigue con mis piernas y sobretodo con mis gemelos, descargándolos de tensión. Después me pide que me ponga bocarriba y repite de nuevo el masaje por todo el cuerpo, por el pecho, el estomago, los brazos y las piernas. Cual es mi sorpresa al descubrir que también tengo una contractura en la pierna derecha, no sabía que en las piernas se podían tener contracturas, ella me explica que es por la misma razón de cargar más peso de un lado que del otro.

Me encantó sus seductores movimientos de cobra encima de mi cuerpo, me acariciaba con su pecho provocándome un volcán de placer...

La música ambiente se ha vuelto minimalista, parece un canto tibetano, claramente está en armonía con como me siento yo en ese momento, con los ojos cerrados mirando hacia mi interior, en vez de hacia fuera como hacemos habitualmente en nuestro día a día. Tu propio cuerpo te va guiando según los movimientos de presión y estiramiento que se ejercen sobre él durante el masaje y tu mente se deja llevar por el camino que elijas.

Con toalla húmeda y caliente retira el aceite de mi cuerpo, el masaje ha terminado. La masajista sale de la sala y me deja unos minutos a solas para que poco a poco vaya volviendo a la realidad.

Porque es importante ponerse en manos de un buen profesional y yo he sentido en todo momento que la masajista sabía perfectamente donde tenía que tocar y cómo, así que he confiado plenamente en ella y en su consejo. Pero además desde que entré por la puerta, el recibimiento, la calidez, el silencio, la pulcritud, me han hecho sentir muy cómodo. Todo el mundo debería probar un masaje así por lo menos una vez en la vida, desde luego es una buena manera de acabar el día, en mi caso en concreto, de terminar una semana agotadora, como serán muchas de las vuestras.

Una autentica diosa del placer...